Windows 11 cuenta con varias funciones de seguridad que facilitan al usuario su defensa frente a cualquier tipo de malware, pero pocas pasan tan desapercibidas y son tan útiles como lo es Windows Sandbox.
- Aislamiento total. Todo lo que ocurre dentro de Sandbox se queda dentro de Sandbox. Nada «traspasa» a nuestro sistema original. Ni aplicaciones ni archivos pueden saltar hacia fuera.
- Entorno limpio en cada nueva sesión. Cada vez que lo abras, te encontrarás con un escritorio de Windows recién instalado. No hay ninguna interconexión entre la sesión actual y las anteriores, ni tampoco se guarda ningún programa.
- Descartable. Cuando cerramos Sandbox, todo lo que hayamos guardado en él se eliminará de manera irreversible. Por lo que no podemos guardar ningún tipo de aplicación, archivo o configuración de cara al futuro.
- Más eficiencia que una máquina virtual. No vas a necesitar instalar ningún sistema al completo ni gestionar los recursos que ocupa. Windows Sandbox se inicia en cuestión de segundos, y apenas ocupa espacio en nuestro sistema real. De hecho, se inicia en menos de 20 segundos y ocupa apenas 100 MB de espacio en disco.
- Acceso a internet opcional. Podemos decidir si tener o no internet dentro de Sandbox, por lo que tenemos facilidad para descargar algo y comenzar a probarlo. O simplemente ver si una app tiene funciones que no necesitan internet.
- Simplicidad absoluta. Al tratarse de una app de Windows -para las versiones Pro y Enterprise-, estará lista para usar con un solo clic tras activarla en las características de Windows.
Mostrar comentarios