La ciberseguridad es uno de los sectores más amenazados por la enorme potencia de cálculo de la computación cuántica. La criptografía actual utiliza un sistema muy seguro, pero será inútil ante estos superordenadores, ya que podrán desencriptar los mensajes en cuestión de segundos. Esto representa una gran amenaza para las empresas multinacionales, los gobiernos y las instituciones militares.

En su estudio, BCG estima que la computación cuántica podría generar entre 40.000 y 80.000 millones de dólares de actividad económica en el desarrollo de aplicaciones criptográficas capaces de resistir los ataques cuánticos. Para prepararse para este cambio de paradigma, gobiernos y empresas están colaborando en el desarrollo de soluciones como la criptografía post-cuántica y la distribución de claves cuánticas (QKD).

La criptografía post-cuántica implica la creación de nuevos algoritmos que puedan defender la información que se quiere salvaguardar de un ataque de un ordenador cuántico. Por otro lado, la QKD es una red de comunicación segura para enviar mensajes entre dos puntos sin que el contenido sea interceptado por una supercomputadora.

Estas dos opciones son las principales en las que se está trabajando para proteger las comunicaciones antes de que se produzca la revolución cuántica, para la que aún faltan años.