Cada aplicación abierta en segundo plano sigue consumiendo recursos, aunque no se esté utilizando activamente. En particular, los navegadores con múltiples pestañas abiertas pueden drenar la batería rápidamente.
Para controlar el consumo de energía, es crucial cerrar las ventanas y pestañas innecesarias y utilizar herramientas como el Administrador de tareas en Windows o el Monitor de actividad en macOS, para identificar y cerrar procesos que demanden un uso elevado del procesador.
Mantener solo las aplicaciones esenciales que se están utilizando reducirá el gasto energético y prolongará la autonomía del dispositivo por varias horas.
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